No deseo dejar pasar la oportunidad, al terminar su gestión, de saludar al presidente de la República Oriental del Uruguay, José Mujica, por esa labor digna de ejemplo para las presentes y futuras generaciones, una persona que saboreó la pobreza y que sabía que representa, no solamente de manera literal sino que la vivió, y eso es importante.
Sirvió desde el Gobierno, a aquellos grupos menos favorecidos, no se aprovechó de las ventajas de los jefes de Estado, vivía en su “rancho”, modesto y se dedicaba a cuidar su jardín. Su sueldo lo repartía entre los más necesitados, importante gesto, que nacía desde su corazón, pues no tenía interés de realizar, gestos de esta naturaleza, para alcanzar el favor de la población para que le siga eligiendo su Presidente. Jugó un papel importante a nivel mundial; internamente, aumentó el empleo, la pobreza disminuyó, la economía la manejó muy bien, es un país que mantiene una situación económica estable, realmente digno de ejemplo.
Por lo dicho, quiero saludar al ser humano, al Presidente, al líder, al luchador, al hombre que llevará siempre el recuerdo de un pueblo, aquel que no requería guardaespaldas, ni guardias de seguridad a su servicio, porque no debía a nadie. Considero que un pueblo y quienes coincidimos con esa lucha espiritual, tomará como ejemplo para ser mejores. Rómel Merchán Herrera