Una vez que ya no está Correa, quizá sea el momento propicio y preciso, para que el Ministerio del ramo, pudiera comenzar a educar en escuelas y colegios, para la libertad, disciplina que tanto hace falta ahora; lo que significaría, instruir a niños y jóvenes, para que la verdad, y nada más que la verdad, sea el fundamento, la piedra angular y el único camino, para que los ecuatorianos podamos llegar a ser auténticamente libres, lo cual, de ninguna manera ocurrió en la época correísta.
En este sentido, sólo hay que mirar el increíble y mil veces vergonzoso caso Odebrecht, durante el mandato anterior; en el que reinó el engaño y la mentira, y, como consecuencia de ello, la corrupción. El educar para la libertad, significaría, formar a los muchachos con sólidos principios y valores; a efectos de que pudieran dar testimonio, sobre cómo actuar correcta y honorablemente en lo que les imponga la vida.