La educación en gobiernos anteriores ha sido descuidada de tal forma que ha dado lugar a la proliferación de escuelas y colegios privados, inclusive por profesionales que nada tienen que ver con la pedagogía en la educación, con fines de lucro, y ¡vaya que les ha ido bien! Se ha dado el caso que lo importante en ciertas instituciones es que el alumno esté al día en las pensiones sin valorar lo importante que es la educación. Consciente de esta problemática, el Gobierno acertadamente ha tomado las riendas en esta área y ha emprendido en la regularización de la educación en todas las áreas, poniendo especial énfasis en la calidad de la misma, creando escuelas del Milenio, valorando a las universidades, creando nuevas como Yachay, es decir, responsabilizándose de lo que la Constitución siempre ha ordenado: la educación, la salud y el buen vivir son responsabilidad del Estado. Tienden a desaparecer las instituciones educativas de baja calidad que han servido para que los dueños se vuelvan ricos de la noche a la mañana a costa de los desesperados padres de familia que ante la deficiente educación fiscal acudían a la privada en busca de mejor enseñanza para sus hijos, aunque la mayoría fueron brutalmente engañados; escuelas y colegios de mediocre calidad, sin espacio suficiente para educación física, con profesores de cualquier profesión menos con la pedagogía y capacidad para la enseñanza. Los gobiernos de turno consentían todas estas anomalías para tener un pueblo inculto a fin de manejarlo a su antojo en tiempo de elecciones. Correa ha tomado decisiones acertadas y cuando es así hay que apoyarlo, aunque en las cosas desacertadas hay que llamarle la atención.