Una palabra que está formándose en el imaginario colectivo de los ecuatorianos y tiene directa relación con las circunstancias que vive Venezuela, consecuencia directa del Socialismo del Siglo XXI. De ninguna manera busco fomentar la xenofobia, sino solamente mencionar aspectos para el análisis.
Gracias a la “excelente” política de Nicolás Maduro, decenas de venezolanos huyen de su país e ingresan a Ecuador en busca de mejores días, he tenido la oportunidad de dialogar con algunos de ellos quienes mencionan que están de paso, pues consideran que Ecuador sigue los pasos de Venezuela. Al llegar a Ecuador buscan cubrir sus necesidades básicas y al no existir fuentes trabajo acceden al trabajo informal: “cuidar” vehículos en la vía pública o ayudar a la gente a cruzar una calle, acciones por las que esperan un pago que muchas veces no existe. Ahí empiezan los problemas, insultos y agresiones por un proceso de migración desordenado que está acabando con Ecuador, pues movimientos delincuenciales se forman, por necesidad o ambición, pero conformados por extranjeros a quienes el gobierno permitió su ingreso sin considerar las repercusiones. Ojalá el nuevo gobierno considere un ordenada y adecuada política de migración.