El Ecuador que queremos

Para tener el país que queremos y hemos soñado, necesitamos: los mejores políticos posibles; instituciones democráticas fuertes y eficientes y, una sociedad comprometida.

Por mucho tiempo y hasta hoy, hemos tenido los peores políticos -con pocas y brillantes excepciones- que han llegado en busca de la oportunidad para satisfacer sus ambiciones personales; y lograr lo que por sus capacidades, valores y preparación no hubieran podido.

Debemos tener instituciones fuertes y eficientes, que justifiquen para lo que fueron creadas: satisfacer las necesidades, aspiraciones, requerimientos, proteger los derechos, eliminar las inequidades y garantizar las libertades de todos. No como hasta hoy, que especialmente en lugares apartados de las principales ciudades y en las fronteras, el Estado es ineficaz, inútil y lo más grave, inexistente.

Debemos estar conscientes de que todos somos responsables de lo que ha sucedido, por indiferentes, indolentes, por permitir y tolerar la corrupción y la impunidad, en fin, todo "el desorden organizado" por unos pocos. Debemos exigir respeto a nuestros derechos, ser cada día mejores ciudadanos y sobre todo poner lo mejor de nuestras capacidades, tiempo y esfuerzos en todo lo que hagamos.

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