El Ecuador invisible...

En el enlace sabatino habitual, previo al último feriado, el honorable Señor Ministro de Turismo anunció con bombos y platillos que se esperaban no menos de un millón de turistas visitando las variadas zonas de nuestro idílico país... Seguramente lo hacía con buenas intenciones y su anuncio despertaba grandes expectativas... mas algunos ciudadanos a veces pensamos las cosas 'al revés'... Es así que reflexioné que si (según el último censo) somos más de 14 millones los incautos en el Ecuador, ¿dónde irán los 13 millones restantes? O mejor... pobrecitos, no saldrán ni a la esquina...Una delicia ir a mirar las ballenas jorobadas (yo solo he visto unas sin joroba en documentales), la ruta del Spondylus o los Frailes (yo solo la he visto una vez). Sabemos que en el mar la vida es más sabrosa, sin embargo cabe preguntarse ¿cuántos de los 13 millones de 'quedados' lo visitarán? (yo generalmente una sola vez al año). Es cruel pensarlo pero de los 2/3 de pobres que hay en el país, y que casi nunca veranean, todavía existen millones que sin serlo no pueden nomás lanzarse a una aventura que requiere de algunos centenares de 'dolaretes'... o no? Tampoco está demás suponer que muchos miles no van precisamente a 'turistear' sino a visitar a sus familiares (de pronto a su cónyuge e hijos) con quienes no viven porque su trabajo en las grandes urbes se lo impide. Cierto que no está mal aprovechar el descanso e irse al estero Salado, a los parques o balnearios capitalinos, o a pasear cerca de casa, mas queda flotando en el aire una sensación de injusticia: ¿Por qué son tan pocos quienes pueden vacacionar a gusto, y tantos los que lejos de hacerlo, incluso deben laborar en días destinados al descanso, so pena de morir de inanición? Mas nuestros inefables políticos, ubicados en el top de los más expertos del mundo para ver solo lo que les conviene, no tienen ojos para descubrir ese Ecuador invisible que se debate en las arenas de la desigualdad y la exclusión, mientras un puñado de afortunados se debaten en las mansas arenas de las acogedoras playas de nuestro idílico país.

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