La abortada reunión multipartidista convocada por Pachakutik evidencia el sectarismo que reina en el ala radical de Pachakutik. Si se está buscando una amplia plataforma política que, deponiendo intereses partidistas logre ensamblar una propuesta alternativa para sacar al Ecuador del marasmo en que se encuentra, no tiene sentido el “fuera, derecha, fuera” ni aducir las “afinidades” ideológicas a las que se refieren Carlos Pérez Guartambel y Jorge Herrera.
Resulta risible que los prejuicios de ciertos dirigentes prevalezcan en estos momentos esgrimiendo la conocida tesis correísta de “no hacerle el juego a la derecha”. Paradójicamente, la derecha, es “buena” cuando pacta espacios políticos. Así ocurrió en 1998, cuando una alianza llevó a Nina Pacari a la Vicepresidencia del Congreso. Ocurrió lo propio con Antonio Posso (entonces Pachakutik) y Jorge Guamán, ambos electos vicepresidentes en distintas épocas, con los votos de la centroderecha. A los tres Pachakutik les consta la seriedad de los acuerdos políticos que se asumieron, de modo que resulta insólita la actitud de Pérez Guartambel, víctima de una reciente paliza callejera junto a su pareja, la académica Manuela Picq.
Quizá sea el momento en que dirigentes sensatos junto a los amazónicos creen un bloque propio para aislar a los fundamentalistas que, al parecer, actúan como estómagos agradecidos del Gobierno.