El Eco. Correa parece no comprender que fue el gasto público excesivo y derrochador en el que incurrió durante todos estos años, el causante de la actual crisis presupuestaria, fiscal y de iliquidez. Leo que se continúa con la construcción de dos “plataformas” gubernamentales en Quito, la plataforma “de gestión financiera” y la de “gestión social”, a un costo de 200 y 100 millones de dólares, respectivamente. ¿De qué gestión financiera habla si ha restringido fuertemente los créditos a pequeños y medianos productores? ¡Como si no existieran, literalmente, cientos de edificios burocráticos en Quito!
Estas obras me recuerdan, ominosamente, a la “casa del pueblo” de Ceaucescu en Bucarest, que debía ser el edificio más grande del mundo, que centralizara la burocracia rumana, y que nunca se acabó, ya que su régimen fue derrocado antes de terminarlo. Ahora es un monumento a la egolatría del dictador. En la crisis actual, aunque él la niegue, Correa debería ya priorizar los gastos y las inversiones, y no seguir construyendo estos elefantes blancos.