Ecología y Seguridad alimentaria

“Reserva ecológica y alimentaria de la humanidad”. Así se lee en un gran letrero a la entrada del cantón Mejía, en la autopista Simón Bolívar.

Pero los que vivimos y trabajamos en el valle de Machachi vemos que cada día nos alejamos de lo que pregona el afiche. Excepcional tierra agrícola va dando paso a la construcción de fábricas, galpones y casas.

Machachi será industrializado y urbanizado en poco tiempo. El agua que se usa para riego de hortalizas y abrevadero de ganado está muy sucia. Ante esto, el Municipio de Mejía parece ser indiferente. Eso sí, es diligente en cobrar impuestos.

Sin embargo, los vecinos y las haciendas tenemos que mantener a los caminos públicos. Pagamos impuestos y recibimos muy poco a cambio. Y ni hablar de lo absurdo de cobrar cada vez más impuestos a la producción de alimentos.

Alimentarse es una necesidad, un derecho, no un lujo. El campo da de comer a las ciudades; no se olviden. La seguridad alimentaria que pregona el Gobierno está peligrando en esta zona y en muchas otras. El espacio agrícola, ganadero y ecológico del valle se está acabando.

El Gobierno central y el local tienen que darse cuenta cuán importante es el campo en la vida de la gente.

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