El oro negro (petróleo) desde su descubrimiento se convirtió en fuente de riqueza y a la vez en la materia prima de los utensilios que nos rodean: materiales de construcción, combustible, fertilizantes, ropa, cocina, autos, etc. Al parecer no se consideró el potencial daño que causó, causa y seguirá causando sobre el medioambiente y por ende sobre la vida en el planeta. Los daños son evidentes y cuantificables, los efectos del agujero de ozono y la basura marina son 2 ejemplos del suicidio silencioso al que todos aportamos. El petróleo ha enceguecido, ha bloqueado, ha mutilado la búsqueda de alternativas o soluciones a las necesidades humanas, para muestra un botón: en el siglo XIX con el invento del motor de combustión interna se pensó en el agua y en la electricidad como fuentes de energía, fueron desplazadas por los derivados de su majestad el oro negro. Cabe la pregunta ¿la tecnología progresó o se rezagó con el descubrimiento del oro negro? La industria automotriz nos da la respuesta: casi 2 siglos después se está utilizando energía solar, eléctrica e hidrógeno como fuentes. ¿Tendremos otros 150 años para reconsiderar su nefasta utilización?