En el desesperado intento de obtener recursos para solucionar una crisis inexistente, el Gobierno implementará un proyecto de ley que incrementará los impuestos a los cigarrillos, bebidas alcohólicas y azucaradas y, de paso, recortará beneficios a los discapacitados y jubilados porque, según dicen, hacen trampa en beneficio de terceros y gastan más que Bill Gates. Tras una década del Gobierno de mentes lúcidas, manos limpias y corazones ardientes, se percatan que al país le cuesta USD 200 millones el atender a los fumadores, rubro en el que no estarían incluidos los pacientes diabéticos, ni los cirróticos. Para defender el proyecto de marras, el sector oficial argumenta que se trata de proteger la salud de los ecuatorianos, pero los 300 millones que esperan recaudar estarían calculados con base en lo que genera el actual nivel de consumo.
Según el INEC, en el 2013 la diabetes fue la primera causa de muerte y causó 4 695 defunciones; la cirrosis, la séptima con 2005 fallecimientos, y las lesiones malignas de tráquea, bronquios y pulmón, la vigésimoprimera, con 637 decesos.
Tratándose de enfermedades en gran medida prevenibles, ¿cuánto se invierte en educación a la comunidad? Más allá de las advertencias que se colocan en las cajetillas y en los licores importados, legalmente, existe un mutis total. Parecería que debemos pedir a los fumadores y bebedores que sigan tal como están.