Distinta explotación del Yasuní es posible

 La conservación del Yasuní de ninguna manera debe quedar librada al arbitrio de un juego político: la consulta popular. Es un tema demasiado serio y complejo, que al parecer nos está quedando grande. La explotación del Yasuní, como fuente de recursos públicos, puede hacerse sin necesidad de sacar el petróleo contenido en su subsuelo. Si esta área protegida alberga la mayor biodiversidad del planeta, allí deben existir inmensas potencialidades para el tratamiento y cura de enfermedades, para el desarrollo de la biotecnología y del turismo sostenible. Si la inversión para construir la Ciudad del Conocimiento se hace vinculada con este aprovechamiento, podríamos conservar el Yasuní, y convertirnos en exportadores de nuevos medicamentos para beneficio de la humanidad. Recomiendo despetrolizar la mirada.

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