En río revuelto ganancia de pescadores. Y el Vaticano, cuyo primer Pontífice fue pescador, conoce sobre el tema.
Venezuela no necesita de diálogos, así sea el poder divino en la tierra quien lo proponga. Es el mundo el que debería vencer su cobardía y repudiar al gobierno cívico-militar, tiránico y corrupto del país. El papa Francisco bendijo al dictador, tal vez ahora la intervención celestial, salve a Venezuela.