El Gobierno está interesado en que en el diálogo participen todos los sectores, sin exclusión de ninguna naturaleza, lo cual sería, obviamente, muy democrático.
Lastimosamente, los eventuales puntos a tratarse podrían ser tantos, que sería imposible llegar a algún consenso.
Basta leer la publicación realizada en EL COMERCIO, el 30 de julio, a solicitud del grupo político Avanza, para colegir que una reunión de este tipo no sería más que “un saludo a la bandera”, ya que solo ellos proponen para la discusión 16 puntos.
Lo único efectivo es promover una consulta popular, a través de la cual los ciudadanos, mediante votación general, aprueben o desaprueben las políticas que vienen siendo implementadas o planteadas por el Gobierno.
Si la ciudadanía se pronuncia favorablemente significaría que respalda las decisiones del presidente Correa, inclusive la reforma constitucional para permitir su reelección. Pero si lo hace negativamente, estaría solicitándole que rectifique y que la reelección no procede.