Destruir la historia de Quito

En la Feria del Libro se presentaron los planes de destrucción del milenario parque Rumipamba, en plenas fiestas de Quito. ¡Qué ironía!
Se pretende adoquinar Rumipamba para poner canchas, gimnasios, puentes aéreos, ágoras, bulevares y cerramientos transparentes, mientras la desatención a los vestigios culturales antiquísimos es evidente. Los arqueólogos no han sido siquiera consultados o su voz no se ha escuchado.

La consigna de la ciudad debe ser una sola: ¡Fuera los tractores de Rumipamba! Y que los fondos que están destinados a destrozar el lugar, se redirijan a su estudio y recuperación, porque somos Quito y seguimos siendo Quitu. Y a mucha honra. ¡Vayan a pavimentar el patio de su casa y no la sagrada tierra de nuestros ancestros!

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