Desmiento al Dr. Jalkh, pues he sido víctima del servilismo del Consejo de la Judicatura al poder político imperante. El Dr. Esteban Ballesteros Hurtado fue el último Fiscal de los 3 que sustanciaron la indagación previa en mi contra por el escándalo montado por el diplomático Aaron Sherinian, quien en rueda de prensa me acusó de corrupción pública. Al no encontrar ningún elemento que sustente dicha temeraria denuncia el Dr. Ballesteros la archivó por falsa, y dispuso que el expediente se derive a la Unidad Fedoti (Delitos Transnacionales) de Guayaquil porque existen graves indicios del cometimiento del probable delito de asociación ilícita en mi contra.
La falsa acusación fue luego ratificada por la judicatura, pero lamentablemente no progresó ni se sancionó el delito de asociación ilícita que me perjudicó y esto me obligó a acudir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos donde se sustancia mi demanda contra el Estado. Pero la iniciativa del Fiscal Ballesteros sirvió para que se le fragüe un expediente en el Consejo de la Judicatura aplicándole el famoso “error inexcusable”, destituyéndolo del cargo.
Con relación a dicho proceso, busqué infructuosamente una cita con el Dr. Jalkh para explicarle las incomprensibles demoras en el despacho de esta causa, y las graves y fundadas sospechas que tenía, y tengo, de que se obró así por razones eminentemente políticas. Jamás tuve la oportunidad de hablar con el Dr. Jalkh y me fue imposible lograr dicha cita. Varias veces llamé a la Secretaria del Dr. Jalkh quien quedó en avisarme día y hora en que el Dr. Jalkh me recibiría, cosa que no ocurrió, consumándose dicha arbitrariedad. Resulta, pues, un sarcasmo aquel publicitado lema oficialista de que “Hacemos de la justicia una práctica diaria”.
Pura demagogia para consumo del populacho. Este caso los desmiente. Saque el lector sus propias conclusiones.