DEL PICO Y PLACA Y OTRAS AVENTURAS...

¡Oh sorpresa! ¡Me olvidé del pico y placa! Me detienen motociclistas del Municipio y la Policía, me cierran el paso y me abordan como a delincuente (en otras épocas claro, hoy no les pasa nada) me quitan mis documentos y me indican que debo llevar mi vehículo a un centro de detención, comienza el drama; llego, me entregan mis papeles y me dan un instructivo de cómo retirar mi vehículo en 24 horas –situación que no se cumple porque lo retiré a las 16 horas- y a caminar se ha dicho…

Al siguiente día debo ir a una agencia de Servipagos a pagar USD 97, una cola de 40 minutos, seis ventanillas y solo atienden tres (igual que en muchos bancos sea dicho de paso) luego a sacar copias de los documentos y después otra vez al centro de detención, llego con el ánimo de hacer la lógica sugerencia de que se abra una ventanilla de pago en esa misma dependencia (que sería lo más “humano”) y me dicen que debo ir a otra oficina al otro lado de la ciudad a formular mi queja (en lugar de colocar un simple buzón).

Todo el personal déspota y prepotente, medio que uno quiere quejarse y le indican despectivamente un papel pegado en la pared que hace alusión a la ley que sanciona con prisión y multa por faltar al respeto a la autoridad y/o al servidor público. Ahora entiendo por qué faltar de palabra (por decir lo menos) al “Mashi Rafico” cuesta millones y hay que salir corriendo a pedir asilo en otros lares… Este es el ejemplo de prepotencia impuesto e imperante en nuestro amado Ecuador.

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