Se escucha hasta paradójico, que ahora el Presidente haya retomado el tema de la muerte cruzada, a pocas horas de que la oposición había logrado hacer una mayoría en la Asamblea Nacional, pero a mi criterio personal, sabe más a chantaje politiquero las amenazas en este sentido, que a una solución política acertada, pues ni hay grave crisis política y conmoción interna, ni se está obstruyendo la ejecución del Plan Nacional de Desarrollo como pide el art. 148 de la Constitución ecuatoriana.
Para este fin, al contrario creo que es un escenario político oportuno para que las dos funciones del Estado tanto Ejecutiva como Legislativa encuentren puntos de convergencia y puedan concertar sobre la base de proyectos realmente fructíferos en los temas que actualmente se tratan en la Asamblea Nacional y darle una oxigenación antes que una crisis a la política de nuestro país.
Esperemos que la firmeza de la oposición dure y no sea carcomida o amedrentada por el poder del chantaje, y que se cambie la forma de hacer política en el Ecuador.