SOBRE DEBATES

En respuesta a la carta del señor Carlos Hernán Zabala Arellano, me permito puntualizarle lo siguiente: Ud. descalifica mi opinión como “análisis parcializado e intolerancia”; términos comunes que reflejan la impotencia y justifica la necedad de cierta clase opositora, quienes aún luego de seis años, les cuesta aceptar la realidad de un hecho inocultable, como es el gran apoyo y ventaja que el candidato Presidente posee frente a sus contendores, el cual, me ratifico, aún no los tiene; es una pena que aún se trate de tapar el sol con un dedo. Además, para todos los ciudadanos, el famoso “debate”, trajo múltiples conclusiones, que desde mi perspectiva fue una serie de ofertas de siempre, entre figuras ya conocidas y algunas recicladas de gobiernos nefastos, las que carecieron de sustentación y argumentación. Por último, me permito recordarle que el caso de Pedro Delgado está muy aislado del contexto general de mi publicación; pero en fin, el dolo es un delito injustificable, pero le recuerdo fue el mismo Presidente quien realizó las indagaciones ante la Incae, y me permito citarle un famoso refrán: “cada persona, responde por sus actos”, así que creo que mejor preguntémosle a Delgado.

Hago referencia a la sabatina presidencial de diciembre 22, para lo cual transcribo lo que define el diccionario.

Cancelar.- “Dar por extinguida una situación. Anular algo. Dejar sin efecto. Suspender”.

Renunciar: “Dejación voluntaria, desistir”.

Con esto, queda claro que no es como se dijo en esa sabatina presidencial, que ya le ha pedido la renuncia, lo cual es igual que haberle cancelado. La gran mayoría de ecuatorianos no somos ingenuos (para no decir pendejos) y, por tanto, nos damos cuenta cuando trata de confundirnos y engañarnos; pero tengan la seguridad que no lo consiguen.

En otro tema, debo confesar que, como soy un “limitadito” más, no entiendo cómo al candidato presidencial señor Lasso, que solo fue un banquero más y de un banco que sigue vigente, le achaca lo del feriado bancario y al Presidente de ese entonces, que como tal fue el que decretó el feriado, casi que le exculpa al decir que “es un buen hombre”. El que decretó el feriado fue el primer personero del Ecuador y, el señor Laso solo un banquero más que, a lo mejor, sufrió consecuencias por aquello.

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