Entre las reformas que se plantearán en la presente legislatura del Congreso me parece positivo copiar de la legislación colombiana la figura de la “curul vacía”. Un tema también preocupante es el del transfuguismo, para cuya erradicación sugiero lo que podríamos denominar “la curul sin voto”.
Consistiría en que aquel congresista que renuncie a la bancada dentro de la cual fue elegido, automáticamente pasa a otra bancada que estará conformada por todos los representantes que, por cualquier razón, decidieran apartarse de su agrupación y que tendrá la característica de que todos sus integrantes tienen derecho a participar en las sesiones y otras actividades propias de los congresistas, pero que no tendrán derecho al voto en ninguna elección interna ni decisión sobre cualquier tema.