¿Y la cultura?

El domingo 7 asistimos a la final del Torneo de Tenis ATP de Quito. Torneo muy bien organizado, con excelentes jugadores y muy buena atención de los auspiciantes.

El partido –y el torneo- fue nuevamente ganado por el dominicano Víctor Estrella.

Llegó el momento de la entrega de premios, con la participación de la Banda de la Policía y Cadetes que iban a hacer honores a los símbolos patrios.

Llegó el momento solemne del Himno Nacional y el público se levantó de sus asientos –muchos conservaron puestos sus sombreros en total falta de respeto-.

Pero básicamente a lo que se refiere esta carta fue a la pobre actitud del jugador brasilero Thomaz Bellucci. Justo cuando comenzó el Himno, se sentó, cruzó las piernas y miró desafiante al público. Con excepción del suscrito –sin eco alguno - nadie reclamó su pobre demostración cultural y su actitud alevosa.

¿Cómo es posible que un extranjero ofenda en nuestra propia casa a uno de los símbolos más grandes de la nacionalidad? La respuesta la darán aquellos que estuvieron presentes, especialmente los que no tuvieron ni la cortesía de quitarse gorras y sombreros en señal de respeto.

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