El economista Ramiro González en una radio de la capital abordó varios temas, uno de ellos, el espinoso asunto del desabastecimiento de fármacos. Ejemplificó, con la solvencia que trata temas médicos, la forma como los médicos del IESS “facturan” ciertos fármacos a los pacientes.
¿Facturan o prescriben? También habló de aquellos médicos corruptos -Sin dar nombres, como es su costumbre- que reciben “viajecitos” por prescribir tal o cual medicamento. Según sus palabras, ellos son los que se oponen a las nuevas políticas institucionales, como aquella de emplear el nombre genérico.
Primero, no cabe un ejemplo con dos hipotéticos medicamentos de marca; segundo, si el IESS emplea desde hace más de 40 años la Denominación Común internacional (DCI o nombre genérico) para la prescripción, es imposible que ocurra lo que el funcionario denuncia. Por último, en caso de desabastecimiento, ¿la responsabilidad recae en el prescriptor o en el administrador?