En Quito se ven casas viejas, estructuras a punto de irse al suelo, que alguna se han convertido en guaridas de delincuentes lo que lleva a la inseguridad para los vecinos, principalmente del centro histórico de la ciudad. Me preguntaba ¿Por qué no botar esas casas y construir unas nuevas?
Y la respuesta fue que no se puede, porque forman parte del Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Hace como diez años, en la calle Imbabura había una fábrica de tejidos, y un día se incendió por un corto circuito. La casa pasó abandonada durante todos estos años, porque no había plata para reconstruir.
Pero me enteré que la municipalidad tiene un fondo especial para ayudar a la readecuación de los bienes patrimoniales, lo que garantiza que los dueños de estas casas puedan darles mantenimiento con la ayuda del Municipio de Quito.
En el centro histórico y en algunos sectores de la ciudad, he sabido que existen edificaciones patrimoniales, los monumentos históricos, los conventos, iglesias y los barrios tradicionales se ve que se trabaja para mantener y reconstruir el Patrimonio de la Humanidad, que, para muchos, Quito tiene el más grande y bello centro histórico de Iberoamérica.
Es un orgullo para los quiteños tener esta riqueza patrimonial, que mucha gente pensaba que eran casas viejas, los turistas vienen a Quito a admirar su belleza arquitectónica y como habitantes de esta ciudad debemos ayudar a cuidarla y preservarla.