Santeros y hierberos se llaman médicos

La terrible y dolorosa muerte de un niño de un día de nacido llena de dolor, indignación e ira.

Cómo es posible que el Gobierno desplace y pague mal a los médicos ecuatorianos que estudian siete años en la universidad, un año de rural, tres de especialidad y que continúan preparándose e investigando gracias a la gran facilidad tecnológica, maestrías, PhD y cursos dentro y fuera del país, y en cambio a costilla del dinero del pueblo trae cientos de supuestos médicos cubanos, neófitos en la profesión, totalmente incapaces con una escuela de 50 años de atraso científico y tecnológico. La queja de los pacientes que caen en manos de estos es permanente.

La ignorancia e incapacidad de estos supuestos médicos les hizo asumir que es normal el llanto desesperado de un recién nacido que se estaba quemando en una termocuna calentada con agua hirviendo.

A estos criminales la justicia les da arresto domiciliario, seguramente por ser extranjeros traídos por el Gobierno y es muy probable que en el avión presidencial los regresen a su país cargados de dinero, ropa y alimentos, quedando bien librados de su infamia.

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