No cabe duda que el presidente Barack Obama, con su visita a la isla ha dado una lección a los gobiernos de tinte izquierdista que mantienen la doctrina castrista como ícono de sus políticas, falsamente aplicadas en sus sociedades y que la corriente de cambio en América Latina así lo está demostrando, cuando estos regímenes van de salida por voluntad de sus ciudadanos. No hemos escuchado aún la opinión del presidente Correa sobre la ‘injerencia’ de EE.UU. en Cuba, peor aún entender a su amigo Raúl Castro por haber permitido semejante visita. El Ecuador es un país que depende económicamente de EE.UU. ¡Cómo no quisiéramos también que algún día nos visite el Presidente de Estados Unidos! Imagínense, ¿cuántos acuerdos y tratados se firmarían, cuánta prosperidad llegaría? Quizás en el 2017.