Gracias a la prensa libre de este Gobierno, ética, científica e investigadora, he podido escribir ya antes varias cartas rechazando la equivocada (desde mi punto de vista) política que sobre las jubilaciones obligatorias y los “renunciados” se han mantenido en el país. Esto ha generado un permanente estado de miedo en la población y en los empleados, lo que se evidencia en las urnas y podemos ya tener ejemplos aquí y vemos lo que sucede en Venezuela. En días pasados al cumplirse el Aniversario de la U. Central se pronunciaron varios discursos con cifras reales sobre la próxima crisis que se avecina en las universidades por las inminentes obligaciones de jubilarse a maestros universitarios. Se puede analizar que quienes toman estas medidas no conocen el importante apoyo a la docencia de quienes pintan unas canas y muchísimas noches de estudio preparando clase para enseñar a la juventud. En el Ecuador no se necesita Phd para falsificar títulos, o violar, o mantener un nivel de delincuencia “ejemplar”; y sin que existan las posibilidades se lo exige (el Phd) para los maestros universitarios. Se dijo que se cerrarán universidades por carencia de docentes y es cierto, pero por otro lado los que se autodenominan “revolucionarios” dicen que hacen una reforma histórica para la educación y salud, seguramente será histórica por el colapso que van a causar. Como lo es ya en la Salud sin especialistas en los hospitales.