Vino a través del WhatsApp, me lo enviaba el padre Néstor Torres, gran canciller de la Arquidiócesis de Quito.
El mensaje se sostenía con el título de “Cría Cuervos” su autor en voz y texto Raúl Pérez Torres, hoy, ministro de Cultura del Ecuador.
Desvirtuar la valía de lo escrito sería pecar de sectario o infame, porque el texto vale, es escrito por un hombre que se ha mantenido como soldado al pie de la no siempre fuerte y grata trinchera de la cultura, en un país donde la lectura es casi cero.
Su fortaleza, la narrativa y de manera especial sus primeros cuentos lo han consagrado en su patria y con mucha justicia y mérito; como gestor cultural ha debido producir ensayo defendiendo su siempre ideología de izquierda.
El texto que comentamos es valiente y reclama por los oídos sordos que tuvo el impávido para con el protagonista, promotor y defensor de cultura y lo afirma diciéndole: “Nunca quiso escucharme”, hay que atender una y más veces este mensaje para saber a quién se dirige, pues reclama por lo hecho. ¿Pero a quién se dirige? Al último gobierno, al poder estatal que, en estos diez años generaron cosas donde parece no solo ha sido suficiente construir hospitales, escuelas, universidades, carreteras, edificios y más, haciéndole también patinar al comercio, discrepo en la referencia a la creación de empleos, pues el país nada en el desempleo, donde hablarle al pueblo ha sido sublimarle, pero cuidado porque ese mismo pueblo puede como los cuervos sacar los ojos
El contenido fundamental es muy hondo humano y sensibiliza , donde “hacer cultura debe ser sensibilizar al pueblo” a los corazones de los hombres hacia la bondad, hacia la colaboración integral, uniendo no dividiendo, aquí vemos un posición pura que se revela sobre maquiavelismos, comunismos, socialismos del siglo XXI.
Vemos maravillados que los ministros de este Gobierno ya no tienen miedo de hablar, de hacer política, ya pueden evidenciar las contradicciones.
Ahora solo esperamos que no solo se queden en el verso sino vayan a las palabras, sobre todo porque el texto critica duramente a la corrupción.
Vamos a verle a Raúl Pérez Torres en esta lidia del último toro de su vida, aspiramos a que se lleve las orejas y el rabo.