Muy interesante el contenido del artículo ‘Después de la Independencia’, de Fernando Larenas y publicado el 9 de junio, por los datos históricos allí consignados. Con sumo respeto al distinguido escritor, me permito hacer la siguiente puntualización.
Dice el columnista Larenas que cuando el Libertador Simón Bolívar murió en Santa Marta, en diciembre de 1830, la Gran Colombia empezaba a desintegrase. No, la verdad es que ya estaba totalmente desintegrada.
Venezuela se había separado el 6 de mayo y el Ecuador, el 13 del mismo mes. Para ratificar tal secesión y desaparecer cualquier posibilidad de reunificación, se asesinó al Gran Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, el 4 de junio, en la montaña de Berruecos, cuando regresaba de Bogotá a Quito. Este hecho apresuró la muerte del Libertador. Él mismo nos lo cuenta cuando ya, en sus días postreros, al rememorar el asesinato de Sucre dijo: “La bala que te hirió mató a Colombia y a mí me quitó la vida”.