Me causó (y no soy el único) admiración luego algo de hilaridad y evidencié una clara contradicción de principios o ideales que decía defender tener el ciudadano Rafael Correa la década pasada. Al acudir el ahora a demandar ciertas actitudes que suceden por personas o instituciones en el Ecuador ante una organización como la OEA a la cual como era característica suya se encargó de “bañar” de sus epítetos ofensivos en varias ocasiones; por otra parte al mismo Presidente de la OEA, Almagro también lo trató de mala manera cuando defendió Correa al dictador Nicolás Maduro.
Seguramente le molesta que hoy exista un poco más de respeto a la autonomía de funciones del Estado y que se viva en un ambiente de mayor tranquilidad.Rechazo al igual que millones de ecuatorianos, que tengamos que de nuestro dinero pagar a muchos guardaespaldas que los tiene en Bélgica protegiéndole (¿de qué o de quién?); si tiene temor a que le pase algo y necesita protección debería contratarlos con su propio dinero que me imagino no será poco. A este paso, no me admiraría que acuda a quejarse como lo hace en la OEA ante la Sociedad Interamericana de Prensa debido a que ciertos medios de comunicación hoy tienen mayor libertad y no existe un sesgo. Y que luego vaya a los Derechos Humanos también con quejas. Podría llamarse a esto también doble “moral”.