Consummatum est

Luego de los últimos anuncios de la Presidencia de la República acerca de la nueva ley sobre el trabajo y su poca incidencia sobre los jóvenes, la misma no lleva a garantizar creaciones de nuevas fuentes de empleo, que es lo que buscan todos los ecuatorianos. Miremos las estadísticas que hablan por sí solas.

El pueblo ecuatoriano creyó que el Presidente de la República, por tener títulos obtenidos en el extranjero, iba a sacar del subdesarrollo al país, como él mismo pregonaba con su famoso cambio de “matriz productiva”, que quedará para los futuros gobiernos. Esto demuestra a todas luces que no era solo pregonar, sino hacerlo.

Ante todo este desatino en la política económica, lo más recomendado sería dar paso a un costado y adelantar las elecciones. De esta manera, quienquiera que salga ganador deberá dar un giro de timón.

Tal como están las cosas aquí es mejor así. Con pocos ingresos por la caída de los precios del petróleo, y pese a que tuvo una bonanza de ingresos petroleros por 8 años consecutivos como nunca antes había tenido ningún gobierno, con una moneda fuerte que poseemos frente a las de los vecinos que devalúan para no perder competitividad, con préstamos internacionales que hay que pagar y que cada día aumentan y que solo Dios sabrá cuándo terminaremos de pagar, con juicios internacionales perdidos y que también hay que pagar. Todo esto demuestra que ha sido un mal administrador del Estado y que llegó la hora del cambio porque el futuro no es nada halagador

Solo queda decir al estilo inglés: ¡Dios salve al Ecuador? Vivat Aequatoria et in terra pax. 

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