Ghandi proclamó: “La grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por la manera en que tratan a sus animales”.
Sorprende que todavía haya personas y personajes que insistan en que sus mascotas se reproduzcan cuando las estadísticas indican que existen miles de perros y gatos abandonados, famélicos, enfermos en todo el país.
Si alguien ingresa en las páginas de las entidades de protección animal, se sorprenderá de las centenas de seres de distintos colores, edades y tamaños en busca de un hogar. Incluso hay quienes dejando de lado su comodidad los rescatan y cuidan en sus hogares asumiendo gastos en manutención y asistencia veterinaria mientras albergan la esperanza de que sus mensajes en las redes sociales sean acogidos por alguien. Algunos dicen que “al menos deben castearse una vez, pobrecitos porque si no tendrán tumores”.
Otros, exhiben orgullosos a sus nuevos cachorros a sabiendas de que la tenencia responsable de mascotas exige su esterilización a temprana edad.
Afortunadamente, hay autoridades conscientes como Mauricio Rodas quien públicamente adoptó, dando ejemplo de lo que se debe hacer.