Con mucho asombro, veo cómo día a día se quiere posesionar en la ciudad el uso de la bicicleta. Con campañas que no dejan de ser millonarias, y a la larga únicamente va a beneficiar a un determinado grupo social. La misma campaña me hubiera gustado que se focalice hacia la protección de los peatones, que día a día se juegan la vida en las calles y las aceras, ante conductores irresponsables, irrespetuosos, etc. Solo ellos existen, solo su tiempo es valioso, los demás no existimos. Y no solo son los conductores de cuatro ruedas, sino también debemos soportar la impericia de los conductores de bicicletas y motos, que todos los días se suben a las veredas o hacen contravía. Las bicicletas son vehículos, y más de una han dejado golpeados a los peatones -y también ellos se dan a la fuga-, no disponen de una corneta o pito –aunque sea una campañilla como antes-, ni de un faro o foco, que nos permitan visualizarlos mejor. Se debería exigir licencia de conducción a este tipo de vehículos, porque al igual que las motocicletas, tiene dos ruedas, y ruedan.
Me gustaría que sean más consecuentes con la sociedad y se controle mejor a este sector.
Si pretenden pensar que con esto se va a controlar el problema de tránsito y de contaminación en la ciudad, están muy equivocados.