Lo que más debe preocuparnos en la hora actual, luego del terremoto, es que las donaciones nacionales e internacionales se utilicen de la mejor forma y beneficien de verdad a los más de 25 000 damnificados, y a un millón de habitantes de Manabí y Esmeraldas que sufren un impacto directo o indirecto del sismo.
Pero para que haya, el impacto positivo en estas zonas y población, es necesario algunos elementos o factores primordiales en esta hora de apoyo, desde todos los frentes, en especial las donaciones internacionales no reembolsables. Así, es necesario:
1. Un Comité de Reconstrucción y Vida, con entidades como la Cruz Roja, Anticorrupción, representantes de los damnificados y otras, y que manejen honestamente estos recursos. 2. Es necesario tener a la mano estudios y experiencia de casos similares en otros países. 3. Levantar un perfil y luego proyecto de desarrollo de las zonas afectadas. 4. Dinamizar el comercio, fuentes de trabajo y la producción en primera instancia, para no depender del apoyo de la sociedad civil 5. Incentivar la inversión y la baja de impuestos a los damnificados. 6. Dar buen uso de apoyos varios internacionales para viviendas provisionales, apoyo psicológico a la población y otras necesidades de vida 7. A la par con los anteriores, las obras civiles públicas, viviendas familiares e infraestructura de turismo, educación y otras que tengan como base el crédito internacional deberían ser ejecutadas por el Gobierno y auditadas por Contraloría y por el Comité de Reconstrucción.
Caber recordar al país que en estos momentos críticos la labor de la reconstrucción eficaz será a través del contingente honesto y eficiente, pero sobre todo tomando en cuenta a la población damnificada, que es a la que en última instancia deba llegar a cambiar su vida en todos los aspectos.