Certero el artículo ‘La pirámide invertida’ del doctor Fabián Corral (7-I-2016), donde evidencia el carácter opresivo del “Estado Administrativo” imperante en el país, en aplicación de la doctrina del “teórico del moderno absolutismo, el ideólogo y jurista alemán Carl Schmitt”, como precisa.
Solo falta un detalle vital. Carl Schmitt era el jurista mayor del nazismo y del Tercer Reich, sustento de las políticas de Adolfo Hitler, cuyas ideas se aplican donde avanza la dictadura fascista mundial –país tras otro- como globalización o Nuevo Orden Mundial, impulsadas por el llamado Club Bilderberg; en Estados de represión electrónica ilimitada.
Estos regímenes fascistas títeres de apariencia “democrática”, instalados con o sin fraude, destruyen la economía –agotando todas sus reservas- para forzar un nuevo colonialismo con frenética deuda externa y concesiones depredadoras, preludio del despojo absoluto como sucede en Grecia.
Para inmovilizar al pueblo destruyen sus organizaciones; desnacionalizan, destruyen y elitizan la educación. Silencian la comunicación y opinión para que no los desenmascaren.
Desnaturalizan las instituciones patrióticas. Se impone la mentira con los métodos de Joseph Goebbels. El manejo político se guía con la máxima de Heinrich Himmler, jefe de la Gestapo: “La mejor arma política es el terror. La crueldad impone respeto. Los hombres podrán odiarnos, pero no queremos su cariño. Solo queremos su odio y que nos obedezcan con absoluta sumisión y sin chistar, acorralados por un pánico irresistible.”
Cabe recordar que Hitler, Fürher o líder único, dueño de todas las instituciones, se decía “socialista” –sin serlo-, y que su partido -para engañar- se llamaba “nacional-socialista”. Para destruir Alemania se asaltó con fraude la mayoría legislativa el 5 de marzo de 1933, igual que hizo Mussolini en Italia el 6 de abril de 1924. Opino que algo similar sucedió en Ecuador el 17 de febrero del 2013 con las “Juntas Intermedias”.