En la columna de opinión del Sr. Fander Falconí del 8 de enero de 2016, (“No para este malestar”) se trata de justificar la grave situación económica del Ecuador señalando que este es un problema común de muchas economías del mundo, incluidas las desarrolladas.
El artículo, sin embargo, consigna datos incompletos, así, por ejemplo, señala que en EE.UU. ha disminuido medio millón de empleados públicos desde 2008; cuando lo normal hubiera sido que aumentara dosmillones; sin embargo, según el diario El País de España del 8/01/2016, en Estados Unidos se crearon 2,65 millones de empleos solo en 2015, y según Datosmacro.com, la tasa de paro bajó de 7,8% en 2008, a 6,7% en 2013 y 5% a finales de 2015.
Por otra parte, Estados Unidos creció en 2 puntos del PIB en el año 2015, y se proyecta en 2,5% para 2016, muestra de la evidente recuperación económica de ese país.
Lo único que se puede deducir de las cifras del Sr. Falconí es que la disminución de empleos públicos y el aumento del privado es lo que estimula la economía de un país; desgraciadamente, todo lo contrario de lo que pasa en Ecuador, donde la burocracia (en muchos casos ineficiente) ha aumentado tan desmesuradamente que constituye una carga insoportable para el Estado.