La madrugada del 19 de marzo del 2013 -festividad de San José- el mundo fue testigo de la solemne misa de posesión de nuestro nuevo pontífice Francisco. Espiritualmente conmovidos y motivados por la carismática personalidad y humildad del Obispo de Roma, los católicos y muchos líderes de otras religiones, unidos en oración al iniciarse oficialmente un pontificado de esperanza en el Año de la Fe. Me detengo en el mensaje central de su santidad Francisco: “Que seamos custodios de la creación, de la familia y de los pobres”. Y cito textualmente una de las oraciones de los fieles leída al mundo: “Oremos por los gobernantes y jefes de Estado para que el Espíritu Santo ilumine sus mentes y los ayude a construir la civilización del amor”. Muy oportuna y sabia esta oración presentada ante más de un centenar de mandatarios y representantes de los países del planeta. Confiemos que el mensaje escuchado en vivo en la Plaza de San Pedro haya caído en terreno fértil en el corazón de cada líder mundial. Urge una nueva y humilde actitud a ejemplo del papa Francisco en la mayoría de mandatarios de América Latina para unir a sus ciudadanos con un discurso tolerante y conciliador; de paz y no de violencia, respetando el pensamiento y la libertad. Hoy tienen el reto de construir la civilización del amor. ¡Que así sea!