Cierre de universidades

El 12 de este mes se cumple un año del cierre de 14 universidades que fueron calificadas con la letra E. Esta clausura se hizo con miembros de la Policía y colocando sellos de clausura, como si fueran cantinas o casas de cita, según expresiones de un Rector de una universidad privada tipo A. Por esta dolorosa medida se afectaron a dos grandes grupos sociales de la clase media de nuestro país:

38 000 jóvenes de 18 a 24 años que estudiaban una carrera profesional e igual número de padres de familia que haciendo grandes esfuerzos económicos lograron que sus hijos ingresen al nivel universitario, porque las matrículas en los establecimientos oficiales son difíciles  de conseguir. Y un tercer grupo: 3 000 docentes de tercero y cuarto niveles, algunos a tiempo completo, que dictaban clases en estos establecimientos, se quedaron sin este trabajo. Estos grupos humanos nada tenían que ver con las áreas administrativas y económicas de estas universidades, motivo de la intervención. Fueron 6 meses de angustia y zozobra, ya que recién para septiembre, por presión de los jóvenes, empiezan a organizarse los talleres para completar los estudios de los alumnos del último año de estudios. El Plan de Contingencia abarcó al 87% de los estudiantes. ¿Y el 13% restante? El juicio de la historia determinará si estas medidas impositivas fueron las correctas.

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