Tenía que sonar. Uno de los pícaros, (Chuck Blazer) imagen del futbol norteamericano y la Concacaf, fue sorprendido por la fiscal Loretta Lynch. No pudo explicar cómo compró un departamento para sus gatos, convirtiéndose en soplón, e iniciando el derrumbe de ese emporio de corrupción que es la FIFA. Las millonadas amasadas por los ahora presos les pueden servir para defenderse, pero no para ocultar otras fortunas como la del trinitario Jack Warner, motejado ‘Ladrón de Carrera’. ¿Cuántos cheques de soborno y a su nombre le habrán encontrado a Blatter? Pienso que ninguno, porque nadie deja recibo por el cohecho, pero en cambio recibe USD 2 millones de sueldo mensual, para gobernar un imperio que beneficia a los presidentes de las federaciones de todos los países, con ‘agrados’ para votar a favor, pasajes aéreos para ellos y sus comitivas, paseos, fiestas, amén de USD 500 diarios por viáticos en hoteles cinco estrellas. ¡Y después nadie entiende el afán de perennizarse en el poder mediante reelecciones a cualquier precio!