La desesperación del Régimen por controlar el futuro proceso electoral, ha determinado que precipite el lanzamiento de sus chimbadores, para evitar la quimera loca de un candidato único de oposición, ha recurrido como ya estaba previsto, al empresario evasor del Fisco, al banquero que graciosamente se promocionó con el dinero de su banco, probablemente saltará un gran hermano y hasta un componedor de derecha.
Por otro lado se mueven los autoproclamados ‘autsiders’ que, como balas perdidas del totalitarismo, le harán el juego al caudillo, en su carrera imparable a la reelección. Por ello digo: si existe una verdadera oposición cívica debe dejar de ser coyunturalmente electorera y ser estructuralmente institucional.
No me cansaré de señalar que es necesario restaurar la República, la moral y la justicia, y, para ello, es necesario revertir el proceso electorero hacia un proceso constituyente, mediante la convocatoria del pueblo a una Asamblea Constituyente de plenos poderes, donde brille un auténtico neoconstitucionalismo criollo.
Si el caudillo se opone a esto, estará perdido, y rectificaremos el grave error histórico en que estamos sumidos.