La primera pregunta que le hicieron los periodistas a Yuri Gagarin, primer astro-nauta que salió de la tierra hace 53 años fue: Cómo lucen los límites y fronteras vistas desde el espacio en Europa. Gagarin respondió, “no vi ningún límite o frontera, todo era un solo continente” y añadió, los límites y fronteras están en la mente de las personas. Qué complicado ser libres como el aire, como el cóndor que cursa los andes, como los ríos. Qué amargura. Razón la de Gagarin para haber dicho lo que dijo. Estuve en Cuba tiempo atrás y lo que más me llamó la atención de todas las frustraciones que esa linda gente tiene es pertenecer a una sociedad de cuasi androides donde el Gerente de una empresa gana el mismo sueldo que el puesto más sencillo. Al preguntar a mucha gente sobre este tema de supuesta igualdad y justicia, la respuesta de un Gerente fue: para qué me esfuerzo o busco la eficiencia si haga lo que haga no se me reconocerá. Al preguntar a un trabajador llano, la respuesta fue: para qué me esfuerzo si haga lo que haga y aunque llegue a Gerente seguiré ganando lo mismo. Son las personas las que con su capacidad, preparación, actitud, deseo de superación, se imponen los sueldos. Hoy en día ya no se considera pagar un buen sueldo un gasto, se lo ve como inversión. Lo mismo debe aplicarse en el sector público, donde el escalar posiciones debe ser una constante por el estímulo de ganar más y ser reconocido con premios diferenciados. Si se ponen límites y fronteras en la mente de las personas dictándoles hasta dónde deben llegar y cuánto ganar.