El mundo de la tecnología de la información y comunicación a más de su progreso a pasado a ser decisivo en la toma de decisiones en la opinión pública, Twitter, Facebook, Instagram, YouTube, WhatsApp, etc. son aprobadas por estrategas de la comunicación para motivar a sus seguidores o castigar a los contradictores. Cuando se abusa del poder, usan estos medios para mentir, distorsionar la verdad y ofuscar el pensamiento de la gente distrayendo los grandes problemas nacionales, santificando a sus jefes y culpando a la oposición del fracaso socialista, de este acoso no se salva el capitalismo, el Imperio, la CIA, la sustracción de información reservada y oficial, que al ingresar perversamente en la consciencia de la gente confunden hechos y personajes del pasado para justificar la ineptitud del presente. Es importante romper el engaño populista del espacio de las redes sociales construyendo un sentido común opuesto al que ha prevalecido en estos últimos años. Hay que lograr que las ideas y los conceptos que hoy no parecen populares lleguen a serlo, el hacernos responsables de nuestras propias vidas, el saber jugar limpio respetando el proyecto de vida de cada persona y la propiedad ajena, son valores que nos permitirán desterrar la corrupción rampante en los momentos actuales como consecuencia de una década perdida; la ofensa y la maldad convertidos en postulados del “continuismo” deben terminar, hay que reforzar la redes sociales con ideas, educación, cultura y respeto, desterrando el insulto, la amenaza y la degradación convertida en justicia que toma venganza. Las personas tienen que aprender a vivir de acuerdo a su modo de pensar y sus capacidades, sin la imposición del miedo a través del poder y el engaño, la demagogia no puede destruir la vida de la sociedad en función de la mentira de fanáticos populistas.