Raúl Flores Viteri
La motonave “Darwin” se hundió cerca de Puná en 1975, a pocas horas de haber zarpado desde la Ría de Guayaquil. Todos perdimos. Unos más, otros menos. Por 1989 el barco “Iguana”, se hundió aún cargado, una madrugada ya al llegar a Santa Cruz, perdimos.
No hubo seguro para la carga. Fue triste, muchos se quedaron en la calle. Yo perdí el cemento para construir mi casita. Todo se fue al fondo del mar, frente a la Estación Charles Darwin. Luego fue el “Jessica” frente a San Cristóbal”. Y, allí mismo, hace poco, el Galápagos Face de mi vecina. Grandes pérdidas. Pues es vox populi, que hasta se robaron mercaderías rescatadas, en vez de cuidarlas. Y ahora el “Cristóbal” se hunde en alta mar frente a la Península.
Así vivimos los colonos en Galápagos haciendo patria, expuestos a tremendas contingencias. Siendo una provincia marítima por excelencia, para vergüenza nacional, no tenemos un muelle de aguas profundas donde acoderen los buques y estamos sujetos a costosos transbordos.
Sólo existe en la despoblada Baltra el viejo muelle que nos dejaron los americanos cuando ocuparon esa isla despoblada durante la Segunda Guerra Mundial. Los barcos privados como los mencionados son los que han servido a los galapagueños. Las empresas navieras del Estado nunca funcionaron…el pueblo es el que pierde…