Sí, el último libro (09- 2014) de la autoría del Dr. Marco Antonio Proaño Maya, ‘Seguridad Social y Sociedad Democrática’, ya no está en las perchas.
En un encuentro informal en el Centro Histórico, más bien alejado del Palacio de Carondelet, él me decía: “Mi vida le pertenece a los derechos sociales de la gente, todas las leyes sociales vigentes en el Ecuador pasaron por mi corazón y mi conciencia, mi pensamiento y razones existenciales están en mis libros”; repasando la historia, coinciden sus palabras con el premio del electorado que con justicia le eligió seis veces diputado (caso excepcional en la historia política ecuatoriana) porque la mayor parte de la legislación social que existe en el país a favor de los jubilados, del adulto mayor, de los niños y de los jóvenes pasó por sus deberes cívicos como legislador.
Le conozco a este otavaleño de nacimiento, quiteño de corazón y brioso ecuatoriano de estirpe desde el retorno a la democracia en 1979, cuando en la ex Cámara Nacional de Representantes se destacaba por su oratoria formidable y fogosa elocuencia; valiente y directo cuando patrocinaba a los jubilados. Innegable que Marco Antonio como autoridad en el tema es invitado a dar charlas y conferencias dentro y fuera del país para ilustrarnos a propios y extraños. Pero no puedo terminar sin resaltar su faceta católica que encaja en este año jubilar con la Bula Misericordiae del papa Francisco, no es eso lo que Jesús nos pide con las obras de misericordia corporales y espirituales? Dar buen consejo a ese conglomerado de ancianitos sobre todo implica ser capaces de dar y eso no siempre es fácil.
Significa hacer memoria de nuestra misma vida y experiencia, de nuestro sufrimiento, necesidad, incapacidad y limitaciones. Hacer memoria no con tristeza, lamentaciones y hasta amargura, sino con gran confianza; reconociendo que Dios estaba presente también en esos momentos de nuestra vida. Obligada lectura de la próxima edición para las autoridades de turno.