Con preocupación escucho que, para evitar un déficit en el fondo de pensiones del IESS, el Gobierno estaría pensando incrementar la edad para la jubilación. Esta sería una más de las innumerables contradicciones en las que ha incurrido el presidente Correa a lo largo de su mandato. Recuerdo una sabatina, allá por el año 2008. En ella, el presidente Correa se jactaba de haber rejuvenecido los cuadros de la burocracia ecuatoriana, había hecho de lado a gente mayor de 45 años.
Además, resaltaba el hecho de tener como ministro del Litoral a un joven de 27 años, Nicolás Issa W., a quien la gente lo había bautizado como el “Guagua ministro”, un joven que delataba su inexperiencia y que distaba mucho de tener la soltura propia de un Ministro de Estado. En la actualidad, hay varios “guaguas” como ministros, ministras y gobernadoras, que con base en las equivocaciones irán ganando experiencia, a costilla y con el dinero de todos los ecuatorianos. Mientras en los países desarrollados la tendencia es contratar a trabajadores mayores de 50 años por su experiencia y todos los beneficios que esto implica, en este país se los estigmatiza y desecha.
Hace poco, el Econ. Correa, con su acostumbrado tono sarcástico, se refería al Sr. Jaime Nebot y decía que lo veía viejo y cansado, y lo retaba a dejar la Alcaldía de Guayaquil para dar paso a gente joven. Al parecer, no se mira en un espejo desde el 2007 cuando asumió la Presidencia. Si no lo ha notado, su rostro ha envejecido, ha perdido mucho pelo y el que le queda se está poniendo blanco.
El Econ. Correa también ha olvidado que está próximo a cumplir 53 años y que, si aplica su propio axioma, ya es tiempo de dar un paso al costado y de ir a casa a descansar y gozar de la pensión vitalicia que recibirá del Estado. Enhorabuena por él, pero ¿cómo quedamos los mortales de este país? Nos deja un IESS al borde de la quiebra, nos desecha por viejos y, como si esto fuera poco, ahora pretende subir la edad para la jubilación. Que alguien me explique esto.
El presidente Correa nunca entendió que lo elegimos para que gobierne para todos los ecuatorianos, sin distinción de edad, raza o clase social, y piensa que la única mente que se pone más lúcida y brillante al pasar la barrera de los 50 años es la suya. ¿Será por eso que le quita el sueño la reelección indefinida?