Los intelectuales marxistas boicotean la unidad nacional con su retórica de que “la izquierda no se puede mezclar con la derecha”. No permitamos que los beneficiarios del despotismo nos contagien de su crónica bipolaridad ideológica.
Ellos son estatistas, el Estado es su dios y la libre empresa es el diablo. Su evangelio de la lucha de clases es una retórica maniquea que les sirve para dividir y reinar.
Luego de la desesperada reconciliación de Cuba con Estados Unidos, los intelectuales marxistas se quedaron sin su discurso “antiimperialista”. Ahora están arrinconados en silencio, repitiendo cual autistas que la realidad solo puede ser en blanco o negro y que el gris no existe.
Paúl Tapia Goya