Con atención el país observó el debate entre un grupo de analistas económicos y el Presidente de la República, acompañado de dos asesores. La población no salió enteramente satisfecha con el informe que pretendió dar el Presidente, pues se encontró con profesionales (economistas) que le supieron responder con interesantes argumentos.
A un presidente no acostumbrado a que le respondan y que le digan que su punto de vista está equivocado, es para “sacarle de casillas” y hacerle perder el control. Me pareció ver al alumno que se presenta al examen de grado y es acosado por miembros del tribunal, entonces se pone nervioso, pierde los papeles y se olvida la lección. Al final le levantan el grado, fue lo que sucedió en el debate. Era preferible que no asistiesen los asesores.