A nombre de la Asociación Nacional de Fabricantes Alimentos y Bebidas, Anfab, considero necesario referirme a la carta de la señora Wilma B. Freire, publicada el 6 de abril de 2016, que contiene opiniones que merecen respuesta o rectificación de nuestra industria en beneficio de la objetividad en el análisis de los temas de salud y alimentación.
El etiquetado, tal como ha sido concebido, representa una alerta pero no permite informar adecuadamente al público, porque ha sido diseñado sobre un contenido ce 100 gramos y no sobre las porciones ingeridas.
Por ejemplo, hay que consumir tres porciones de cereales en el desayuno para alcanzar el valor rojo de las etiquetas y hay que consumir 10 porciones de salsa de tomate o mayonesa para alcanzar el color rojo de la etiqueta.
En 6 meses de aplicación la categoría de yogures ha sufrido una caída del 12% siendo un producto sano (proteínas pre digeridas, bacterias vivas para poblar el intestino, lactosa reducida).
Similar efecto hubo en los quesos y bebidas lácteas diseñadas para que los niños mantengan el consumo de leche (fuente de calcio y vitaminas).
El sistema de etiquetado actual se presta para la satanización de los producios y no para la educación de los consumidores.
Convendría que el Ministerio de Salud establezca objetivos medibles y abra la discusión técnico-científica sobre su aplicabilidad. El éxito de la medida deberá ser evaluado sobre el objetivo real, que es solucionar el problema de sobrepeso y obesidad, y no en el efecto sobre las ventas de uno u otro producto.
A un año de aplicado el semáforo en los alimentos, aún no existe un estudio oficial por parte del MSP que indique que el etiquetadohaya influido en los índices de obesidad.
Según la Encuesta Nacional de Salud y nutrición Ensanut, difundida por el mismo Ministerio de Salud, la mayor ingesta calórica en la población ecuatoriana se da en lo que prepara en su casa. Apenas un 7% corresponde a alimentos procesados.
La industria continuará adaptando sus productos a las necesidades y cambios de hábito de los consumidores en beneficio de su salud nutricional, a pesar de la incesante arremetida que ha sufrido este sector en los últimos años.