La Organización Mundial de la Salud define a la Salud Mental como “un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”.
Si la pasión se apodera de las personas, estas experimentan cambios en su comportamiento que pueden ser observados con facilidad: actitudes confusas, fantasías, teatralidad, histeria y prepotencia; en las actividades de grupos sociales, culturales o deportivos estas características personales pueden ser confundidas simplemente como ineptitudes pasajeras. En la actualidad es común observar la utilización de sentimientos confusos de despotismo y sometimiento así como fobias a personas, sociedades a quienes se les culpa de todos los males del planeta, con una mentalidad tercermundista, nacionalista y socialista para justificar el populismo, el subdesarrollo y la rampante corrupción, personas arrogantes contagiadas de envidia, bajeza y limitaciones recurren al odio y la mentira para justificar su ineptitud.
La salud mental en el mundo se encuentra en crisis, la práctica de la justicia por sus propias manos, cobrar venganza, adueñarse del poder, negar el derecho a la libertad, la salud, alimentación y vivienda de las personas, experimentar con tecnología nuclear, lanzar o hacer explotar bombas, disparar indiscriminadamente matando a gente indefensa, sembrar el terror en cualquier circunstancia y más actos terroristas han puesto a todo el mundo a tomar precauciones e imponer drásticas medidas para cuidar la vida de la gente.
La globalización ha contribuido al estrés, la vida social, política, religiosa y de trabajo están provocando trastornos en la salud mental de las personas. Todos debemos convertirnos en agentes de cambio en la sociedad combatiendo el estigma de la maldad fomentando el debate público y abierto sobre la salud mental, estrés, depresión, angustia, drogas, alcoholismo, vida fácil, que deben ser debatidas en todas las instituciones educativas, laborales y comunitarias por psicólogos, psiquiatras y personas preparadas en temas de salud para disminuir el riesgo de enfermedades mentales y sus consecuencias.