A los economistas heterodoxos no les preocupa el déficit fiscal, es decir, la diferencia negativa entre ingresos y gastos públicos. Déficit, que es el principal responsable de la salud o de la enfermedad en una economía. A ellos les inquieta otro déficit: el de la balanza en cuenta corriente, por ello aconsejan evitar importaciones y colocar trabas o aranceles a las mismas para “evitar la fuga de divisas”. Olvidándose, que todos ganamos con el libre comercio, que se exporta para después importar; que si nosotros ponemos trabas, otras naciones también lo harán; y que además, lo importante es la balanza de pagos: si firmamos más acuerdos, atraeremos más inversión extranjera, más capitales desde el exterior.
Conviene recordar la fórmula del ahorro en una economía abierta:
Ahorro = Inversión + Saldo en cuenta corriente
Despejando: Saldo en cuenta corriente = Ahorro – Inversión
Déficit Saldo en cuenta corriente = Inversión – Ahorro
Como vemos (a través de una fórmula de ciencia económica, no de ideología política), el exceso de inversión pública en relación al ahorro interno ha generado desequilibrios en la balanza en cuenta corriente, la década pasada. Entonces, si queremos tener una cuenta corriente sana, lo primero que debemos hacer es corregir el déficit fiscal que desde 2015 en Ecuador es del -7%. Sólo para tener una idea, el déficit promedio de las 10 mejores economías a nivel mundial (las de más libre mercado) es de -0.5% y el de las 10 peores economías a nivel mundial (las más heterodoxas o socialistas) es del -12,89% (según información obtenida del índice de libertad económica 2017 publicado por The Heritage Foundation). Así que adelante señores del gobierno con ese acuerdo comercial con EEUU y la Alianza del Pacífico, que nuestro problema no es externo, es fiscal.