Plata ajena nomás es…

Hace varios meses la televisión mostró con detalle parte de los lujos domésticos de quien fuera presidente del Consejo Directivo del IESS y que ahora está prófugo. Lo propio ocurrió con otra alta funcionaria que purga una condena insignificante por el daño irrogado al IESS para beneficio propio. Para variar, el responsable de eliminar del balance del IESS la cuantiosa deuda del Estado habría sido premiado con una embajada en Italia por su buen comportamiento.

Lo cierto es que en la década ganada el perjuicio al IESS ha sido gigantesco y ahora se debate entre la vida y la muerte y a nadie parece importarle. ¿Será mucho pedir que dirijan la Institución únicamente técnicos especialistas en seguridad social, que solo se otorguen prestaciones debidamente financiadas, que pare el manejo político y clientelar del IESS, que no se utilicen los recursos de los afiliados para crear nuevos partidos o para promocionar candidatos? Si no paran el abuso y el despilfarro, las consecuencias serán impredecibles.

Suplementos digitales